Con mucho dolor y enorme tristeza despedimos a quien fue nuestra compañera y primera presidenta, Belén Ríos.
Bel fue una de las fundadoras de nuestra organización. Formó parte de un grupo de abogadxs que encontraron en Ciudad Oculta un lugar donde trabajar por el acceso a la justicia y la defensa de derechos humanos, conformando lo que hoy es CEJIP.
Participó activamente durante muchos años en la organización, militando en el barrio y brindando su profesión al servicio de quienes más lo necesitaron. Quienes pudimos compartir con ella el trabajo en equipo, sabemos de su generosidad, compromiso y del sentido del humor que la caracterizaba.
Nunca fue una abogada de derechos humanos prototípica. Ecléctica, amaba el derecho como al reguetón. Alguna vez nos insistió, en broma y no tanto, que hiciéramos una buena «coreo» para resistir un desalojo. Nos reímos mucho. Su sentido del humor descomprimía, pero nunca dejaba de ser agudo o aleccionador. En un mundo donde abundan los cartones y la falsa modestia, ella era verdaderamente ella: una total irreverente al ridículo.
Vegetariana, feminista, abogada, cada una de las definiciones que la rotulaban la describían en sus batallas. Pero ninguna la describió mejor que la vehemencia, expresada en su amor intenso por la vida.
Su partida nos deja mucha tristeza, pero su aporte imprescindible seguirá siempre presente en nosotrxs y en CEJIP.
Acompañamos a su familia en este difícil momento.
CEJIP 